jueves, 2 de febrero de 2012

De lo que es y lo que debería ser

Algunas palabras, al igual que algunas personas, nunca debieron de haber nacido. No por ser aterradoras, fuertes, disonantes o malcriadas, si no por el excesivo y mal uso que se les da. Un claro ejemplo de este tipo de palabras es la palabra “idiota”, más allá de un término médico, se eleva a un adjetivo, un insulto, o a veces peor… un apodo. Lamento mis días de estudiante, en los que casualmente, y sin ningún afán de ofender [espero], apodé a otra persona de esta manera… Por desgracia la otra persona no lo tomó muy en broma, cosa que va en contra de la madurez que debía tener (era mi profesor de Historia). ¿Por qué no usar palabras que parecen abandonadas como… la palabra “minoca” o la palabra “garambullo”? (sé que no son grandes apodos, pero algo se debe de poder lograr con ellas). Otro uso exagerado que encontramos en el vocabulario “snob” es la expresión “per se”… para esta no tengo más comentarios
Entre las palabras que, en mi muy personal opinión, deberían de existir tenemos la palabra “canfonía” una mezcla (nada malograda) del verbo en inglés “can” (poder, de poder hacer. No de lata) y la palabra “sinfonía”. ¡Esa sí es una buena palabra! O la posible palabra “barcaciones” una mezcla de “vacaciones” y “barco”: la perfecta vacación aventurera.
Entre las personas que deberían de existir tenemos a “Gandhstein”, la clara mezcla de la genialidad de Albert Einstein y el espíritu, ideología (etc…) de Gandhi. O Sofía, mi mujer ideal (o ¿se llamaba Sandra?, o ¿Estela?.. bueno da igual.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario