sábado, 31 de enero de 2009

La fiesta del tiempo

No se puede hacer una fiesta por sólo el gusto de hacerla. Entre las comidas y los banquetes, las bebidas y los cocteles hay una diferencia muy clara: la fiesta o la ceremonia. Un coctel de entrada, una botana salada, y uno que otro amigo que apareció de repente sin necesidad de invitación "Comedero o Bebedero?", Personas o Bestias? (casi siempre preferí las bestias, no hacen tanto ruido al comer). Ya teniendo la lista de invitados viene lo siguiente, por qué la fiesta?, por que sí!, no por gusto, si no por necesidad. Bocas sedientas de la enervante perfume de las flores (muy a la Nezahualcoyotl), y un gin tonic con mucho hielo; el lugar: el cielo. La forma: la peor, el resultado: la fiesta!!!!


"Dicen que para reír no hace falta mirar atrás, y está vez para mí tienen razón" (la mitad del amor-Andrés Calamaro)

Del principio de los tiempos

Cuando las cosas empezaron, ya habian empezado mal. Nadie tiene la culpa de que el tiempo haya borrado sus errores; pero la naturaleza no siempre funciono de la misma manera. No siempre hubo un Mc Donald's con comida barata y pescado frito congelado, antes si quiera de las barras de mantequilla (sí, incluso antes de esas) existía ya el tiempo, y como su padre es mi deber darle un poco de significado a su paso; siempre ha sido un hijo rebelde y codicioso pero hay que saber querer incluso a los hijos más extravagantes, quién sabe a lo mejor cambia, no sé. Lo que sí es que cambia todo lo que toca y destruye y crea en su camino cosas impresionantes y otras, no.